Quizá pueda parecernos extraño celebrar una fiesta y la Eucaristía del domingo por la dedicación de un templo físico, la basílica madre de la Iglesia católica: San Juan de Letrán. Históricamente habría algunas razones que destacan la importancia de esta basílica, símbolo de la unidad de toda la comunidad eclesial con Roma, la Iglesia madre.
Social y culturalmente existen otros motivos valiosos en tanto que todas nuestras huellas históricas –templos- buscan en buena medida afirmar nuestra identidad. De hecho, casi todos contamos con un templo en el que nos bautizaron, nos vincularon a una comunidad (universal y local); casi todos hicimos la primera comunión en un templo, nos casamos, llevamos nuestros hijos al templo y hemos despedido igualmente...