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Diferencias sin violencia: la filosofía liberal

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Por Carlos Andrés Roldán S.*
carlos.roldan@upb.edu.co

Señalaré que la filosofía liberal no corresponde a la de ningún partido político en particular, por más que lleve el nombre de liberal. Se trata de un conjunto de ideas acumuladas a lo largo de la historia del pensamiento occidental y que han construido el espíritu de las revoluciones sociales, políticas, económicas y culturales en los últimos siglos. También en las más tradicionales religiones occidentales, ha operado una revolución que puede llamarse liberal. Una de esas ideas liberales fuertes que define a las sociedades y que tiene estructura jurídica concreta en los distintos países, es la de “diferencia” o mejor, “la diversidad”.

Las diversidades en las sociedades liberales organizadas en sistemas democráticos, tienen reconocimiento jurídico, esto es, gozan de un sistema de derechos y obligaciones más o menos equitativo o se lucha por él. Lo que es innegable y que además no tiene marcha atrás, es que la dirección de las sociedades actuales es la del reconocimiento, cada vez mayor, de las diversidades coexistentes. Esta es la filosofía liberal en los inicios de este siglo XXI: garantizar un equilibrio entre libertad e igualdad o incrementar libertades equitativamente. Por esta vía es que hoy gozamos de libertades tales como la de conciencia, la de culto, la de elegir el tipo de educación, de pensamiento, de voto, de expresión entre otras. Por esta vía también se encauzan las luchas por la equidad de género, que ya obligan a las instituciones a tener indicadores. Este camino liberal de la diversidad nos permite ejercer las libertades de las que somos acreedores en condiciones de igualdad, sin prohibiciones ni exclusividades.

La filosofía liberal suprime la violencia como mecanismo o recurso social y político. Esto no significa eliminar el conflicto, sino tramitarlo jurídica y pacíficamente, con el diálogo, la controversia y la polémica. El conflicto es lo propio de las sociedades diversas, pero la violencia anula cualquier posibilidad de las libertades adquiridas. Las diversidades sexuales entran en conflicto con confesiones religiosas, sin embargo, el uso de la violencia anularía garantías para las libertades que ambas partes gozan.

Se debe llegar a acuerdos donde no haya disminución de ninguna libertad. Ninguna de las partes tiene licencia en nombre de la libertad para usar la violencia contra los otros; tampoco hacia un símbolo o imagen identitaria. La diversidad hay que defenderla. La libertad hay que protegerla tramitando los conflictos. La sociedad liberal no admite la homogeneidad sino la diferencia no violenta, libre y equitativa.

* Profesor, Facultad de Filosofía UPB.

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