Dos horas más no fueron suficientes para cocinar un pucherazo. La victoria de la oposición era tan incontestable en las últimas horas de la jornada electoral del pasado domingo que el régimen poschavista decidió no tensar más la cuerda. Si el PSUV de Maduro hubiera tenido la más mínima opción de victoria, no duden de que la autoridad electoral habría prolongado las votaciones hasta la Navidad. Aposté hace unos días porque el tirano de Miraflores haría lo posible y lo imposible para deslegitimar el resultado. Lo intentó hasta el último momento y solo los cerca de 113 curules que a estas horas podría adjudicarse la oposición lo han detenido. De confirmarse estos datos, el vuelco político en Venezuela es de proporciones históricas. Tres lustros...