Al constatarse en todas las encuestas de opinión la caída de imagen presidencial y la rajada en todos los temas de gobernabilidad, se concluye que al país no se le está manejando adecuadamente. Solo hay ojos para un proceso de paz sin coherencia alguna. Porque la paz que quiere el pueblo colombiano debe fundamentarse en la justicia, en la verdad, en la reparación, objetivos aún muy lejos de lograr, dada la forma desordenada con que el gobierno la ha manejado y la subversión la ha dinamitado, alejando apoyos y simpatías para ganar espacios reales de opinión pública. La carta de navegación en la búsqueda de la paz se ha vuelto, por la variedad de recetas y sabores, un menú indigesto.
¿En dónde está el piloto? Se pregunta el país mientras ve caer...