Por ANTONY J. BLINKENredaccion@elcolombiano.com.co
La liberación de Mosul -la capital de facto del Estado Islámico en Irak- marca un punto clave en la guerra contra el grupo terrorista más peligroso del mundo. Daesh, como es conocido el Estado Islámico a través del Medio Oriente, ya no controla territorio significativo en Irak donde puede albergar a luchadores extranjeros o explotar recursos como el petróleo.
Y su narrativa básica -la construcción de un Estado real- está en harapos. Pero aunque el gobierno de Trump tendrá razón al celebrar el fin del califato tal como lo conocemos, es demasiado pronto para sentirse cómodo, especialmente ante la ausencia de una estrategia para el día después de Daesh.
Hace 15 años, en el período anterior a la invasión...