Las elecciones francesas del domingo despertaron al animal político, al zoon politikón de Aristóteles, que se amodorra en el interior de todos los hombres. Es que no es lo mismo una elección en Estados Unidos que una en Francia.
Los nación norteamericana es la potencia number one, pero los gringos del promedio tomados uno a uno son la pauta de la mediocridad universal. De ahí que la consagración de Trump se vio como un resultado coherente con los gustos de los mullidos habitantes del american way of life.
Francia es otra cosa. Los tres sustantivos que ampararon su revolución de fines del XVIII son la base de los códigos e instituciones que hacen de este globo un lugar benéfico.
Liberté, Egalité, Fraternité son sellos que imprimieron en la vida...