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Fico será el próximo alcalde de Medellín.
Aunque su candidatura aún no es oficial, según una encuesta publicada por Invamer el 19 de mayo, el 61% de los encuestados manifestaron estar dispuestos a votar por Fico. En contraste, ninguno de los otros candidatos logra obtener más del 11% de apoyo.
Mientras que el 95% de los encuestados ya conoce a Fico, ninguno de sus contendores supera un reconocimiento del 40%, algo que no le jugará en contra al exalcalde: su imagen favorable es del 70% contra una desfavorable del 20%, una proporción de imagen positiva mayor a la de Juan Carlos Upegui, Gilberto Tobón o Albert Corredor, sus más probables rivales, quienes a pesar de ser mayoritariamente desconocidos ya generan algo de rechazo. Un rechazo que seguramente se acentuará a medida que se den a conocer más y se les asocie con Petro y Quintero, cuya favorabilidad en Medellín ya va llegando a niveles inferiores al 30%.
Si sumamos a estos primeros sondeos los más de 600 mil votos que obtuvo Fico en Medellín en las últimas elecciones presidenciales, las cosa parece estar cantada.
La pregunta no es si Fico va a ganar la alcaldía, sino por cuánto la ganará. Los demás candidatos irán desvaneciéndose lentamente ante la irrelevancia de su aspiración. Será una elección aburrida y previsible.
Es por esto que el verdadero interrogante político que se plantea de cara a octubre es a quién respaldará Fico para la Gobernación, el “pan de queso maluco” de estas elecciones regionales. Porque a diferencia de la alcaldía, la elección del próximo gobernador está aún lejos de ser definida.
Aunque el fantasma de Luis Pérez acecha, su aspiración no se ha concretado todavía, dejando en el aire quién será el candidato seleccionado por las maquinarias políticas “oficialistas” de Julián Bedoya, Carlos Andrés Trujillo y compañía, quienes se benefician de la mermelada del Gobierno Nacional. Unas maquinarias políticas que también son disputadas por Esteban Restrepo, el candidato cuyo único mérito es ser subordinado de Quintero. Llamaremos a estos candidatos el “bloque 1”.
Por otro lado, abanderándose del antipetrismo y antiquinterismo, se encuentra el “bloque 2”, conformado por Mauricio Tobón – un quinterista arrepentido -, Andrés Julián Rendón, Juan Diego Gómez y Eugenio Prieto. Paralelamente, pero de momento no revuelto, va Luis Fernando Suárez, quien carga las banderas de Aníbal y está tratando de capitalizar los “15 minutos de fama” que obtuvo como gobernador encargado durante la pandemia
Ninguno de los candidatos del bloque 2 tiene la fuerza suficiente para ganar la Gobernación por sí mismos. Sin embargo, se les está abriendo una oportunidad: las fracturas entre los partidos tradicionales y el Gobierno Nacional están enredando los avales y el aceite de las maquinarias con las que contaba el bloque 1. Para ellos, “sin maquinaria no hay paraíso”.
Sin embargo, para que el “bloque 2” tenga alguna chance de dar la pelea, necesita estar unido con Luis Fernando Suárez, algo que implicaría ampliar la garganta para “tragar sapos”. Aun así, aunque la unión es un paso necesario, por el momento no sería suficiente: también necesitan los votos de Fico.
La elección del futuro gobernador de Antioquia estará determinada, en gran medida, por “el que diga Fico”.
