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El magnetismo de la radio cultural

Gracias a las emisoras culturales, muchísimos oyentes no somos ignorantes en la materia edificante de la música de los maestros universales.

18 de septiembre de 2023
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  • El magnetismo de la radio cultural

Por Juan José García Posada - juanjogp@une.net.co

Las emisoras culturales tienen fuerza magnética por fortuna irresistible. En 75 años de emisión, la estación radiofónica distinguida con el lema acertado de La máxima nota, Radio Bolivariana, ha salvado la dimensión sonora del espectro asediada por la contaminación acústica y el mal gusto. La ciudad se embellece por una estética visual fascinante. El colorido y la luminosidad son cualidades de Medellín. Pero la dimensión acústica sería un desastre espantoso si no fuera por la armonía que la radio de calidad le infunde al paisaje urbano y lo hace menos insoportable. Al ruido ensordecedor y a la estridencia pachanguera, las emisoras respetuosas de los oyentes les han opuesto una barrera formidable mediante programas que no revientan los órganos auditivos ni atentan contra el derecho a disfrutar la condición de radioescucha en una escala decente del decibelímetro.

Cuando la música selecta sólo podía oírse en discos muy caros y escasos que algunos melómanos pudientes adquirían en Casa Ricordi o en las librerías Continental y Aguirre, apareció en el dial de amplitud modulada la Voz de la Universidad, Emisora Cultural Universidad de Antioquia, 1.410 kilociclos, noventa años atrás. Tres lustros más tarde, el Rector de la UPB, Monseñor Henao, decidido a proyectar la Universidad al espacio sonoro, fundó con estudiantes de Ingeniería y Derecho la HJDI, 1.110 kc. en onda larga, como decía en el aviso enorme instalado encima de la casita donde funcionó primero en el campus de Laureles (que luego fue de la Editorial y la Librería), donde los niños del coro de la Preparatoria grabamos el himno de la UPB en 1954. Por ahí debe reposar o yacer en algún carretel de cinta. Gracias a la Primera Emisora Cultural en Colombia, la entrañable nonagenaria del Alma Mater y a Radio Bolivariana, y a las demás emisoras culturales, muchísimos oyentes no somos ignorantes en la materia edificante de la música de los maestros universales.

Nuevos y antiguos oyentes y realizadores de Radio Bolivariana (me enaltece serlo desde hace más de medio siglo y por eso escribo este comentario) presenciamos el lunes 11 de septiembre un concierto espléndido en el auditorio Forum de la Universidad, con el Ensamble Vocal de Medellín dirigido por Jorge Hernán Arango, el Coro Polifónico de la UPB y su director Édgar Páez y el genial maestro del violín eléctrico David Rivera, cultor del rock metal y de una variada gama de creaciones de su talento. Al final, nos obsequió con su voz nadie menos que Gisela Civic. Fueron dos horas de goce estético, de recordación de líderes de la radio cultural como Humberto Mesa Rojas, quien sucedió a fundadores como Jaime Salazar Montoya y Raúl Aguilar Rodas y de reconocimiento al director actual Henry León Estrada Galeano y su equipo de colaboradores. Fue una celebración original, innovadora, digna de la Emisora en sus tres cuartos de siglo como presencia de la Universidad en el aire y puente de saberes y generaciones.

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