El miedo al crimen y a los criminales es un poderoso recurso para movilizar a las personas. Nuestra experiencia y nuestro conocimiento sobre el crimen están teñidos por el miedo. No es muy claro qué conocemos sobre los fenómenos criminales; no obstante, creemos que lo sabemos todo. Además, si hay algo que nos une es el miedo al crimen.
Dice Teresa P. R. Caldeira en Ciudad de muros (2007) que “(e)l habla del crimen (...) es contagiosa”. Continúa recalcando que “el habla del crimen es también fragmentada y repetitiva. (... Y, a) pesar de las repeticiones las personas nunca se cansan. (...) Las repeticiones sirven para reforzar las sensaciones del peligro, inseguridad y perturbación de las personas”.
El “habla del crimen” nos une porque tiende lazos...