Cuando se observa la cultivada imagen de este personaje, con calculado corte de cabello y barba corta entrecana de cuya cara sale una profunda mirada de estadista, en el acto se piensa en las fotografías de esos prohombres que hicieron nuestra historia. Igual sucede si se escuchan sus discursos en los medios defendiendo una paz esquiva y, eso sí, cuando –tras invocar su calidad de codirector del oficialista partido de la U– defiende de forma enconada al presidente de la República que, a como dé lugar, está ad portas de entregarle las riendas de este ramplón establecimiento a una conocida banda criminal.
Pero resulta que ese padre de la Patria y comunicador social de profesión, que a sus cuarenta y nueve años oficia como senador de la República...