Si bien es cierto que en las últimas semanas las noticias en materia de economía no han sido las mejores, también lo es que llenarnos de pesimismo podría conducir al peor de los desenlaces.
Hay, sin duda, muchos motivos de preocupación frente al futuro, tanto coyunturales y estructurales, como por ejemplo el impacto sobre la economía de la destorcida de los precios del petróleo o el eventual resultado del proceso de paz. Pero, lo cierto es que por cuenta de estos y otros, el país no se va a acabar mañana ni pasado mañana. Colombia, de hecho, ha podido superar con éxito momentos mucho más complejos que el actual.
Vivimos, no obstante, un ambiente enrarecido, herencia de la campaña electoral, que bajo el falso dilema de los amigos y los enemigos...