El presidente de todos los colombianos debería ser respetuoso de cualquier posición que tomen “todas y todos” los compatriotas y ser garante de un equilibrio constitucional, pero como es el presidente prisionero de las Farc, se ha dedicado a perseguir empresarios que osen apoyar el NO estar de acuerdo con esta nueva constitución para nuestro país. Esto es como en las épocas de Pablo Escobar, donde sus perseguidos escogían plata o plomo... aquí es mermelada o persecución de todos los entes del Estado.
Y pobre el empleado público que no exprese su lealtad con el SI, desde el alcalde del más humilde municipio colombiano hasta el más pomposo senador, si no se arrodilla no recibe mermelada. Esta semana el vicepresidente se atrevió a decir que...