El pueblo estaba calmado y Pedro encontró a sus viejos amigos en la plaza. Eran cuatro con “el tuerto” Ramírez, apenas para formar la mesa y jugar a las cartas.
Pedro empezó a perder su dinero y se dio cuenta de que uno estaba haciendo trampas. Vio cómo arrastraba dos veces y guardaba las cartas que le sobraban entre sus piernas. Sin dirigirse a nadie directamente dijo muy serio:
--Si sigo perdiendo mi plata es porque alguno de ustedes está haciendo trampa y estoy que le saco el otro ojo.
En eso de enviarle al expresidente Uribe Vélez una invitación a participar en los diálogos de paz en La Habana, cuando ya todo está acordado, estoy de acuerdo con el senador y expresidente en que era una trampa para comprometerlo en un proceso, cuando todos sabemos,...