Por Jorge Arturo Velásquez P.
La actual ola de violencia no solo hace recordar años anteriores de asesinatos sin ningún tipo de control y a una población rural azotada incapaz de poder defenderse o recibir ayuda. También llena de miedo a la población del país y crea una gran incertidumbre sobre nuestro futuro.
Este ascenso en el número de muertos ya se venía manifestando en años recientes. La verdadera razón de asombro e indignación ha sido influenciada por los medios de comunicación que le brindaron al país una imagen impactante de la realidad que vivimos y que para muchos es ajena.
Es importante que no solo nos quejemos y critiquemos todas las entidades o grupos políticos que creamos pertinentes, sino que también entendamos que nuestro país es un territorio enorme y diverso, y que generemos una verdadera identidad, nos apropiemos de nuestro territorio y exijamos cambios que garanticen establecer un espíritu de unidad y sentido de pertenencia. Cambios tan sencillos, como retomar la cátedra de geografía colombiana olvidada en muchas de las instituciones públicas y privadas del país, explicando, ¿por qué ciertas regiones son más sensibles al conflicto?, ¿qué factores geográficos han determinado el éxito de ciertos grupos armados y de cultivos ilegales?