Por Camilo Guerrero L.
Les escribo a ustedes porque tienen el poder de llegar a la opinión pública, de crear conciencia y de hacer mover recursos para que ciertas cosas se den.
Soy padre de uno de tantos niños y niñas; estudiantes de universidades, que se quedaron en Medellín sin poder viajar a sus ciudades de origen. Hoy ese grupo, en su mayoría, está pasando dificultades de:
- Hacinamiento, dado que tuvieron que dejar sus residencias por la imposibilidad de seguir pagando renta; situación que además les permite compartir lo poco que tienen para comer a esta fecha.
- Muchos de los padres de esos estudiantes ya no tienen empleo, y se les dificulta enviar dinero para la manutención de sus hijos.
- Muchos niños o niñas han tenido que viajar escondidos en un camión con un conductor totalmente extraño y a la buena de Dios.
Hay muchas más complicaciones. Es un caso nacional. La revista Semana dio la noticia de una madre que luchó un mes hasta lograr que la Universidad de Pamplona (N. de S.) enviara un bus con estudiantes para Barranquilla.
Por favor, ayuden a esos niños. Creo que nadie se ha tomado la tarea de pensar en ellos.