En ese mundo llamado YouTube, en el que es tan fácil perderse, surgen a veces temas curiosos que invitan a explorar y a pensar un poco más. Así apareció un día Thoraya Maronesy, una youtuber que tiene un millón y medio de suscriptores conseguidos a punta de hacer videos con extraños, acerca de extraños y para extraños. Todo un experimento sociológico que nace de la curiosidad y de las ganas de relacionarse con otros seres. Y lo que consigue es, cuando menos, sorprendente.
En la calle, con una cámara y un micrófono de solapa, se ubica generalmente en un parque y simplemente conversa con desconocidos. Ha hecho series temáticas. En una, la gente le cuenta secretos que nunca había revelado; en otra cada uno contesta a su pregunta sobre qué es lo más doloroso que le han dicho en la vida; o cómo fue la primera vez que le dijeron a alguien que lo querían; cuál es ese desconocido al que aún recuerdan o qué ha sido lo más amable que han escuchado. En un episodio reciente, cada extraño se sienta a escribir una carta en la que le confiesa su amor a alguien a quien nunca se atrevió a hacerlo en persona y luego la lee en voz alta.
Lo que más llama la atención es cómo todas estas personas, normales y corrientes, escarban en lo más profundo de su ser y se atreven a confesar lo inconfesable frente a una perfecta desconocida que los está grabando. Tal parece que no se sienten invadidos en su espacio y que, a pesar de la emotividad que se despierta en cada uno, cuando terminan de hablar es como si se hubieran quitado un peso de encima. Como si al encontrar el valor para responderle, una parte de su propia historia se hiciera presente y el poder contarlo aligerara las cargas. Porque al hablarle a esa mujer extraña, a quien no conocen de nada y con la que no tienen ningún tipo de compromiso, sus secretos no serán juzgados y se sienten libres por un momento.
Hay un video que se sale de la norma de las preguntas. Se trata de una hora de grabación en la que, siguiendo en su línea de dirigirse a extraños, no les hace ninguna pregunta. Simplemente les dice que ha decidido grabar a personas que ella encuentra que son hermosas. Y durante esos sesenta minutos no hay un solo hombre o mujer que al escuchar esa frase no sonría emocionado. Y todos, absolutamente todos, resplandecen en ese momento.
Sí, internet es una jungla en la que cualquier cosa puede encontrarse. Pero, por historias extrañas como estas, merece la pena adentrarse un rato