El pasado martes fue un día esperado por amantes del fútbol capitalino porque, después de largos meses de pandemia, se permitía el ingreso de hinchas al Estadio Nemesio Camacho El Campín para presenciar el partido entre Independiente Santa Fé y Atlético Nacional. Un encuentro que resultó mediocre de comienzo a fin, durante el cual dos equipos pusilánimes se cuidaron para evitar recibir un gol hasta que, finalmente, el visitante, a través de un tiro de media distancia, acabó con la paridad; en lo deportivo, pues, un saldo lamentable, ya usual cuando se piensa en el torneo doméstico, que se volvió un escenario para el antifútbol, el teatro vulgar protagonizado por jugadores tatuados que viven en el piso simulando faltas y creyéndose estrellas,...