Jairo Restrepo Ramírez es mi primo ochenta y pico. El vínculo se evidencia en una rama alta de nuestro árbol genealógico a la que él sube de memoria, pariente por pariente, con una agilidad de ardilla que envidio. Mientras me explica a mil por hora nuestro parentesco, lenta como tortuga de fábula infantil y ahogada en un mar de nombres y apellidos repetidos, yo me rindo en el intento de digerir la información y pienso que a la parentela nos acerca más el corazón que cualquier apelativo.
Jairo nació en Bolívar, Antioquia. Es abogado en retiro y se da el lujo de desayunar y quedar libre para desenterrar raíces.
¿Por qué un abogado termina metido de hocicos y gafas en los despachos parroquiales esculcando libros viejos y empolvados para encontrar...