Como tengo varios agradecimientos pendientes con “los hermanos pudientes del norte”, como llamaba el general Torrijos a Estados Unidos, empiezo a desatrasarme este día que serán sacrificados millones de pavos, menos el indultado por Trump que ¡por fin! está de trasteo.
Lo he contado antes pero con otro vestido. Gracias a los hermanos carapálidas, hace 43 años estrené pasaporte en inmigración de Miami cuyos funcionarios me miraron feo. Me pegaron feroz esculcada. Cero perica.
No hubo llaves de la ciudad...