Por RAÚL E. TAMAYO GAVIRIA
Mi prima Ángela estuvo casada con un ingeniero brillante y exitoso, pero complicadito en sus gustos. No permitía que Ángela se maquillara la cara para salir, pero le encantaba que se vistiera muy bien.
Cierto día salió mi prima con una blusa que ella misma había comprado esa semana de un diseño muy moderno y su esposo le dijo:
--¿Vas a salir con esa blusa tan fea?
--¿Fea esta blusa? Y si es tan fea, ¿por qué me la regalaste?
Claro que no era regalo de su esposo, sino gustos de ella misma, pero con eso tuvo para que le gustara el atuendo.
De ahí en adelante, cuando alguien le admiraba la blusa, el ingeniero decía:
--Yo se la regalé.
En las pasadas elecciones me fue muy mal. Mi candidato a gobernador no ganó. Mi candidato a la alcaldía, tampoco. Mi candidato a diputado, no quedó elegido, como tampoco mi concejal, tal vez si hubiera votado por la mamá de mi contradictor, Jorge Valderrama, hubiera elegido mejor.
Esta semana se han dicho muchas cosas. Que estas elecciones fueron el fracaso de Álvaro Uribe Vélez y el triunfo de la izquierda, pero los del Centro Democrático explican que este partido aumentó las curules a asambleas y concejos, alcaldías y gobernaciones. El presidente Uribe salió fortalecido en las regiones con asambleas y concejos y su partido, Centro Democrático, ganó muchas curules.
Yo tengo también mis cuentas:
Nuestro candidato, Juan Camilo Restrepo Gómez sacó 91 mil votos, sin ayuda ni permiso de los senadores y representantes de su partido conservador. Con esa cifra se hubieran sacado dos senadores y tres representantes, lo que quiere decir que este joven dirigente tuvo el mismo respaldo en votos que quienes detentan sus curules en el senado y en la cámara.
Con esos votos demostramos que se puede obtener el respaldo del pueblo conservador, sin negociar los avales al mejor postor de otros partidos que piensan diferente a nosotros, ni tienen los mismos principios e ideales.
En Mutatá, donde a María Exilda Palacio los dirigentes conservadores de Itagüí le negaron el aval para la alcaldía, ganamos esta posición con el aval del Centro Democrático y este partido ganó 3.500 votos, una alcaldesa y varios concejales que no tenía.
No siempre pierde el que se cree perdedor. Esta vez los directivos conservadores que ahora son senadores y representantes, perdieron la confianza del pueblo conservador que creyó más en Juan Camilo. En la próxima convención veremos para qué les sirvieron los votos que negociaron con Aníbal Gaviria y con su contacto Carlos Mario Montoya. O puede que les vaya bien con don Juan Esteban Álvarez.
Ñapa: Nunca supe cuál era la blusa de mi prima Ángela para pasar de fea a bonita tan rápido. Tampoco supe cómo era que “mi compadre Lorencito miraba por debajito a su mujer maluca” para que le gustara.
En todo caso a estas elecciones hay que mirarlas distinto. Apuesto que a Daniel Quintero y a Aníbal Gaviria, les gustaron.