Recuerdo que antes, era común advertir que, de plata, religión, edad y política no se le preguntaba a la gente. Había muchos temas tabúes. Ahora, siento una cierta intriga por el efecto de esto en nuestra cultura. Sin ser una experta, el nivel de educación financiera de un país tiene mucho que ver con el desarrollo y es así, el nivel de desarrollo puede estar afectado por el nivel de educación financiera que reciben las personas, debido a que una persona con buena educación financiera puede tomar mejores decisiones logrando incidir en su calidad de vida.
Así, entonces, en nuestro país, donde hay tanta desigualdad, quizás haga falta que hablemos más sobre el dinero y que le prestemos atención a los conocimientos disponibles sobre él. Otros países como Australia, Singapur y el siempre admirable Corea del Sur han logrado trascender sus escalafones en la economía global y atribuyen esto, en parte, al nivel de educación financiera de su población.
Colombia no está tan atrás, resulta que somos el quinto país en la región en inclusión financiera. El índice global de educación financiera publicado en el 2021 nos da un respiro. Además, a partir del 2015, el Ministerio de educación en Colombia decidió incorporar la EEF – Educación Económica y Financiera - como parte de los currículos de los estudiantes. Avanzamos, pero todavía hay brechas que cerrar, sobre todo en la ruralidad y con las mujeres.
Y es que a veces, los elementos de educación financiera parecen ser muy simples: ahorre todo lo que pueda, no se gaste toda la plata que gana; pero las circunstancias de todos son muy distintas y sin duda hay consejos más avanzados y más a la medida. ¿Cómo podemos acelerar entonces la consciencia y la comprensión de los colombianos sobre estos temas?
A mí particularmente, siempre me decían que ahorrara, pero no aprendí mucho como ni cuánto. Ha sido más tarde, con la exposición a diferentes lecturas, el trabajo, que me han hecho más consciente de la necesidad de generar buenos hábitos de ahorro y de la importancia de acercarse a otros para aprender sobre lo que es una buena educación financiera: ahorre x porcentaje, gaste menos de lo que gana, invierta, guarde dinero de emergencia equivalente a 3 meses de sus gastos, en fin, tantos caminos que parecen demasiado obvios, sin embargo, no son fáciles y requieren disciplina. Requieren de nuestra comprensión y compromiso para que tomemos caminos que se ajusten a nuestras necesidades y posibilidades.
Debemos hablar más de los temas tabúes, religión, edad, dinero, quizás son clave para construir una sociedad más incluyente. Llegó la hora de hacer el cambio a través de pequeñas grandes revoluciones. Hablemos de plata, perdamos el miedo, aprendamos que ahora hay información en todas partes, aprovechemos mentores, preguntemos a quienes lo han hecho bien cómo han escogido esos caminos, pero resaltemos también las grandes proezas de quienes, incluso con poca holgura han logrado trascender sus realidades.