Nadie duda que para ser buenos padres se necesita una inmensa dosis de amor, paciencia, generosidad, madurez, comprensión, flexibilidad... para mencionar solo unos cuantos atributos. Pero quizás lo que más necesitamos para formar hijos dotados de las virtudes y capacidades que les permitan convertirse en buenas personas es tener la valentía para exigirles que hagan lo que deben, aunque les moleste y a pesar de lo desagradable que sea para ellos... y para nosotros.
La paternidad es un compromiso que nos coloca a diario en situaciones que requieren mucho valor para no tomar el camino fácil y privar a los hijos de los límites que son fundamentales para que se rijan por las normas, principios y valores que les inculcamos. Por ejemplo, se necesita...