Por Nohra María López
En Medellín no se puede salir de la casa sin que nos veamos atrapados en la sin salida. Por donde andemos o donde vivamos a toda hora es una cola, un taco. Ni la ciudad ni sus habitantes aguantamos más desbarates.
Por causa de las obras de Parques del Río, se le han cerrado al Teatro Metropolitano de Medellín tres de sus puertas. El arquitecto que diseñó el Teatro le puso esas puertas no propiamente como decoración. Las hizo, imagino, por un cálculo según el aforo. Necesarias no solamente para entrar, sino sobre todo para salir. Hay que tener en cuenta que a los teatros todos llegan a la misma hora y salen a la misma hora. ¿El Municipio, que se preocupa tanto por la seguridad en los teatros y que pone tantas reglas y condiciones, ha pensado qué pasaría, ojalá no, en caso de una catástrofe? ¿Cómo saldrían 1.734 espectadores al mismo tiempo? Creo que no saldrían ni en la prensa, como dice con tanta gracia uno de sus técnicos.
Como si fuera poco el desbarate, al señor alcalde actual le dio por desbaratar y volver a hacer todos los andenes aun estando en buen estado, para reemplazarlos por los modernos e incómodos con una línea en el centro de un ladrillo con resaltos donde se enredan zapatos y tacones, dizque para que caminen los ciegos.