Pico y Placa Medellín
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En los años ochenta, cuando Medellín vivía sus días más oscuros, un grupo de soñadores levantó la Corporación Cultural Nuestra Gente en uno de los barrios más vulnerables de la ciudad. Allí, entre títeres, obras comunitarias y jóvenes que encontraban en el arte un refugio, la cultura se convirtió en un acto de resistencia y de amor.
Unos años después, otra historia llenó de símbolos el corazón de la ciudad: la Plaza Botero. El maestro Fernando Botero, junto al Museo de Antioquia y con el impulso del entonces alcalde Juan Gómez Martínez y empresarios antioqueños, nos regaló un espacio que transformó el Centro y devolvió a los ciudadanos el orgullo de encontrarse en lo público. La cultura, una vez más, abrió caminos de confianza y esperanza.
Hoy esa misma energía se expresa en cada esquina: la cultura es color, es una casa amarilla en el barrio Santa Cruz, una casa morada en la Comuna 13, las fachadas llenas de arte en el barrio Colombia, los grafitis que se mezclan con la montaña y el paisaje urbano. Son huellas visibles de algo que muchas veces pasa inadvertido: el arte le da forma a nuestra identidad, nos conecta con la memoria y nos proyecta hacia el futuro. Decía Goethe, “La cultura es la forma más amplia de libertad, pues nos libera de las ataduras de la ignorancia y de la estrechez de espíritu.”
En Proantioquia entendemos la cultura como un motor de desarrollo, de esos que genera empleo, nos une como ciudad y nos regala una linda forma de conectarnos. Por eso, queremos celebrar y promover la llegada de la Temporada Cultural Medellín, El amor de mis amores, que hasta el 5 de octubre reunirá a más de 1.000 artistas, 200 organizaciones y 235 actividades en 50 escenarios de la ciudad. Una cita inédita en Colombia, pensada para reconocer que la cultura no es un adorno, sino un eje vital de nuestra vida social y económica. Este logro no habría sido posible sin el compromiso del sector privado, que en los momentos de mayor fragilidad decidió rodear al sector cultural. Fue así como en plena pandemia nació la Promotora Cultural, incubada en Proantioquia, con el respaldo de empresas y fundaciones como Grupo SURA, Bancolombia, Fraternidad Medellín y Fundación Sofía Pérez de Soto. En 5 años de vida, la Promotora se convirtió en el primer fondo privado con destinación específica para el arte y la cultura en Colombia, con un inventario detallado de los 9 mil agentes culturales de Antioquia, más de 25 empresas aliadas aportando recursos y capacidades, y más de 5 mil millones de pesos gestionados a través de Cocrea, dando retorno económico a la inversión en cultura.
La Temporada Cultural es una muestra de lo que podemos lograr cuando nos aliamos para proteger y potenciar lo que nos define. No es solo un calendario de eventos: es una declaración de principios. Es reconocer que la cultura genera empleo, mueve la economía, inspira a los jóvenes y nos recuerda que no hay futuro posible sin identidad ni creación colectiva. La cultura para nosotros no es un concepto abstracto, desordenado, que necesita caridad. Es una apuesta decidida, institucional, organizada y con recursos.
Ese es el amor de mis amores: la cultura como raíz y como horizonte, como gesto de resistencia y como motor de desarrollo. La cultura que está en cada casa pintada, en cada colectivo artístico, en cada mural de barrio. La que, como Medellín misma, nunca deja de reinventarse y de tender puentes hacia el porvenir.
*Presidenta Ejecutiva Proantioquia.
