Fueron muchas las reuniones que hasta la madrugada compartí con Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General de Trabajadores (CGT): para la negociación del salario mínimo; para discutir algún proyecto gubernamental; para acordar decisiones sobre competitividad que presentaríamos al gobierno; para analizar los espinosos temas de Colombia en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de cuyo Consejo de Administración terminó siendo miembro, el más sobresaliente de América Latina...