Los jóvenes tienen su manera nueva y original de abrirse paso en la vida, como lo demuestra la experiencia llamada “La Casa Redonda, trabajo colectivo”, ubicada en Laureles. Allí cohabitan, abriéndose a un nuevo mundo laboral de manera legal y creativa, varias pequeñas empresas compuestas por dos o tres socios, que generalmente no sobrepasan los 30 años.
La casa de 18 habitaciones, que anteriormente ocuparon los jesuitas, está dividida en oficinas donde se ejecutan diferentes tipos de actividades: diseño, fotografía, arquitectura, comunicación, producción audiovisual, enseñanza de otras lenguas, danza, escritura, etc. Allí se comparte el taller, la cocina, los baños, cada uno se encarga de lavar su propio pocillo marcado con su nombre y se contratan...