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Ramiro Velásquez Gómez
Columnista

Ramiro Velásquez Gómez

Publicado

La chusma

Por Ramiro Velásquez Gómez

ramirovego@gmail.com

En decenas de videos -verificados por organismos- se ha registrado cómo policías disparan contra jóvenes, aporrean a otros sin humanidad, mientras se documenta la violación de mujeres marchantes. Más de 35 muertos.

Una respuesta exagerada y criminal (incentivada por palabras del exsenador Uribe) contra quienes, en unos casos, propiciaban desmanes con piedras. (De esperar que actúe la justicia).

Se ven videos de uniformados que instruyen a civiles: infiltrados para generar vandalismo.

Las justas protestas por décadas de humillación y necesidades, cuyo florero fue la tributaria, han sido repelidas con brutalidad (como brutalidad, y acto criminal fueron la quema de CAI en Bogotá con policías adentro y el asesinato de un oficial de Policía).

Hay vándalos: los infiltrados; quienes aprovechan la ocasión y muchos desesperados que enardecidos por la multitud la emprenden contra todo. Pero no son norma.

¿Por qué la ‘gente de bien’ descalifica las protestas y las reduce a vandalismo y a los marchantes a chusma? Donde los millones que marchan fueran vándalos estarían destruidas ciudades enteras.

Desde la comodidad de una oficina o casa es fácil ignorar las necesidades y luchas de los demás y vociferar: son vándalos, o descalificar sus reclamos.

Mas no se indignan por otros vandalismos: billonarios despilfarros en Chirajara, Reficar, Hidroituango, biblioteca España, Electricaribe (que todos estamos pagando), decenas de obras sin terminar o averiadas pronto, etc., y una corrupción por $50 billones. Les molesta que les alteren su cotidianidad, su vida tranquila, su comodidad y que les recuerden la miseria que los rodea.

¿Que se quiere cambiar todo? No, pero sí urgen grandes cambios. Este gobierno debería estar gobernando para 50 millones, no para los ungidos por la fortuna.

Qué baladí el argumento de que afectan la economía, esa economía que lleva un siglo generando injusticias, atizadas hoy por una pauperización laboral aberrante. (La pandemia agudizó todo).

Es difícil sentir empatía cuando se tienen tres comidas diarias, buena educación y ‘amistades decentes’. Vándalos, vándalos.

Grandes conquistas sociales y económicas de la humanidad se lograron con protestas: quienes gobiernan ven por los ojos del poderoso. Y no quieren perder privilegios.

Sí, 21 millones de pobres, 3,6 millones más que en 2019, 334 000 más en Medellín y Aburrá. Tan de malas, ¿no?

Se lamentan, pero nunca pueden ser más importantes unas vidrieras y unos vehículos que decenas de desaparecidos y asesinados en las protestas ni que la búsqueda de bienestar para los colombianos más desprotegidos. Un asunto moral, ético y humano.

Maullido: pueden tumbar internet, pero no miles de celulares registrando abusos

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