Por Filanderson Castro Bedoya
Universidad de Antioquia
Facultad Psicología, semestre 9
filanderson3@hotmail.com
¡Qué absurdo y peligroso resulta ser el uso de la letra pequeña! En cada fármaco, producto y lugar, parece adoptarse la tendencia de poner aquello que debería estar en caracteres enormes, en una letra diminuta e ilegible que aun el más audaz de los lectores ignoraría para ahorrarse el esfuerzo de sacar la lupa de 10 aumentos necesaria para repasar textos tan abstractos.
El problema no radica en que se pongan textos de proporción tan diminuta o que en televisión y radio se lean cual trabalenguas incomprensible, sino en la impensable importancia que representa para todos la información que generalmente allí se encuentra: efectos secundarios, cláusulas de permanencia, leyes y multas por incumplimiento, daños a la salud y cobros no mencionados, son algunos de los elementos que casi con intencionalidad se ocultan, hipócritamente, frente a nuestros ojos.
Claro está que dicha información tan imperceptible no está ahí sin razón alguna, por ley se debe incluir en etiquetas y contratos la composición, cláusulas, obligaciones y algunas indicaciones importantes al respecto de los usos, pactos o formas de consumo, sin embargo, para fines de marketing resulta poco atractivo poner claramente algunas consecuencias potenciales de estos, al final lo más importante es vender, ¿no?
Poco relevantes parecen resultar las enfermedades que los productos puedan generar o la correcta utilización de los medicamentos que se prescriben, si se puede llegar a confundir el nombre de un fármaco que se encuentra escrito de forma legible ¡cuánto más se puede omitir la información que entre líneas se nos presenta!
Pero así continuamos, comprando, usando, contratando y consumiendo entre letras pequeñas, omitiendo completamente las consecuencias de dichos actos, excediéndonos, enfermándonos, complicándonos judicialmente y dejándonos “tumbar” constantemente, mientras el soso texto de “potencialmente letal” se desvanece frente a la despampanante creatividad del anuncio de “cómprame”.
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