Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
Apartes de la comunicación enviada por nuestro lector Juan Fernando Mesa Villa:
“Con una mirada inmediatista, El Colombiano en su edición de hoy, en primer página, en su principal titular, anuncia: “65 días y el milagro no llegó”. El ángulo escogido para referirse al complejo fenómeno Miguel Uribe Turbay, lamentablemente fue este. Escasa comprensión de la profundidad de la fe cristiana. Conlleva de hecho un mensaje oculto: no se produjo el resultado esperado, el milagro: no vale la pena orar... El caudal inmenso de oración no fue escuchado; Dios no nos oye...
Primera observación: Dios no es un títere nuestro, sometido a nuestra voluntad. La visión mágica de la fe, piensa que Él está sometido a nuestra voluntad, manipulado por ésta. Si la respuesta no obedece a nuestros deseos inmediatos, entonces ¿Para qué orar? Gran noticia: “El milagro no llegó”.
Segunda observación. No me detengo a explicar todo lo concerniente a la providencia divina. Pero sí afirmo que la mirada humana no debe ser inmediatista: Miguel debió sobrevivir ya. Los “momentos de Dios” no siempre son “nuestros momentos”. En una visión más profunda de la fe cristiana, Dios está actuando... Lo esperado no ha perdido su vigencia. La oración colectiva que se produjo, que se está produciendo aun, vigorosa, inmensa, incluye no solo la vida física de Miguel: es oración por la familia de la víctima, por el bien de Colombia, por su democracia, por la justicia, por un futuro mejor que el que estamos viviendo actualmente...
Creo que el fenómeno Miguel está actuando ya intensamente en el caso colombiano. Es dinámico, vigoroso, creciente...
El Colombiano ha protagonizado un papel muy importante en la actual crisis colombiana. Tuvo el desliz de una titulación desafortunada. Es de esperarse que retorne a su responsabilidad periodística y reoriente su actuación, después de ese desacertado titular de primera página”.
