No terminó bien 2019. Hubiera esperado uno mejores noticias para cerrar el año, pero no. Prosigue el asesinato de líderes sociales ante un gobierno incapaz de brindarles protección.
Navidad negra para Tumaco, donde la joven y pujante líder Lucy Villareal fue asesinada. Unos días antes le había dicho al ministro de Defensa, Carlos Holmes, según información de Publimetro:
“Señor Ministro no quiero alargarme demasiado, como a usted corresponde, realmente como cabeza de esta comunidad le pido por favor nos brinde seguridad, en qué sentido, en el cumplido de que nosotros los líderes comunitarios estamos amenazados, los líderes estamos pudiera decirse en un abandono”.
Pero las advertencias se han convertido en paisaje para las autoridades. Con frecuencia han asesinado personas en regiones donde la Defensoría y otros organismos habían advertido lo que podría pasar.
Para muchos de los colombianos, tampoco significa nada. Es común el algo debería, quién sabe qué hizo, en qué andaría, como lo vimos con el asesinato de la bióloga Natalia Jiménez y su esposo. Hasta dijeron, en claro invento, que bien merecido porque eran drogadictos. Nos deshumanizamos.
“Te vas siendo la mejor persona, la que llenaba con su sonrisa el alma de cualquier persona. Me haces mucha falta mi mamita hermosa, bella y encantadora mujer. Hoy partes con gran dolor, te extrañaremos”. Palabras de una de las dos huérfanas de Lucy, recogidas por Semana.
Ya no nos conmueve nada. Pobrecita, dirán algunos y todos tranquilos.
El asesinato de líderes sociales es un plan orquestado. Fueron más de 100 este año. Ellos son la voz de sus comunidades. Comunidades que en muchos casos reclaman las tierras que les fueron arrebatadas, que piden seguridad, que andan en plan de erradicación de cultivos ilícitos.
Con su muerte reina el miedo, el silencio. Y quienes se apoderaron de las tierras, dominan poblaciones enteras y se oponen a la erradicación pueden andar tranquilos.
Imposible proteger a todos, dijo una vez el anterior Mindefensa escurriendo el bulto, como se dice. Mas hay muchos casos en donde las advertencias y alertas tempranas no han tenido eco y ya conocemos las consecuencias.
¿Habrá más seguridad para ellos en 2020? Ojalá. Una sociedad sin líderes es una sociedad zombie, de comunidades calladas, humilladas y temerosas.
Maullido uno: difícil analizar el gobierno de Luis Pérez GutIérrez. ¡Es que hizo tan poquito!
Maullido dos: deseo lo mejor para mis lectores, un buen cierre de año y espero que puedan vivir en paz y progreso en 2020.