Por MARTA SANZredaccion@elcolombiano.com.co
Siempre me he manifestado a favor de la anestesia. Incluso, entiendo esos análisis de sangre que me producen grima —goma, aguja, vena, algodoncillo— y son imprescindibles para la detección precoz de la enfermedad. Cada persona conoce el caso de otra salvada de un cáncer gracias a la medicina preventiva. Benditas sean las vacunas y san Louis Pasteur, que, sin embargo, no ha llegado a curarnos del todo la rabia. Sin desacreditar en absoluto los avances médicos, me parece que cada vez se patologizan más conductas. Igual que sucedió con el placer femenino y la homosexualidad, ahora se patologizan comportamientos infantiles, transexualidad, menopausia, la vuelta al trabajo tras las vacaciones —“depresión...