Sobre la búsqueda de la excelencia hablaban los clásicos griegos cuando se referían al Areté, que, a su vez, era una parte significativa de la Paideía, ese entrenamiento que se le daba a los niños hasta llegar a la edad adulta y que comprendía una parte física, otra mental y una espiritual. La excelencia como el acto de vivir dando lo máximo de sí mismo, que decía Aristóteles. ¿Pero qué pasa cuando esto no es suficiente? Que nos tenemos que enfrentar a imágenes en las que deportistas chinos lloran y piden disculpas públicas en la televisión nacional por no ganar un oro y haber conseguido “solo” una medalla de plata.
En China hay más de dos mil escuelas de alto rendimiento que se concentran en reclutar niños por todo el país con el fin de que...