En una audiencia dentro de un proceso de homicidio, el fiscal pregunta al acusado:
--Dígame Giovanny, su hijo ¿cuántos años tiene?
--Por ahí treinta y cinco o treinta y seis. No recuerdo.
--¿Y cuántos años hace que vive con usted?
--Hace cuarenta y cinco años.
El adagio popular dice que “cae primero el mentiroso que el cojo”.
Cuando los milicianos de Fidel Castro estaban bien armados y establecidos en Sierra Leona y se proponían tumbar la dictadura de Fulgencio Batista, el mundo entero los apoyaba. Los nexos y amistades del dictador cubano con la mafia gringa, especialmente la poderosa y radicada en Chicago, era nefasta. La Habana era conocida por sus lujos, narcotráfico y despilfarro y la llamaban “el prostíbulo de América”. Por eso el mundo entero...