Por Maria Paula Cañas Rendón
Politécnico Colombiano Jaime Isaza C.
Comunicación Audiovisual 5 semestre
maria_canas20162@elpoli.edu.co
Asumir un camino de crítica política desde el periodismo en Colombia se ha convertido en una renuncia involuntaria a los principios básicos de la privacidad y libertades individuales que constituyen una democracia.
Las investigaciones que comprometen a algunos agentes políticos y grupos subversivos tienen de subfondo la palabra peligro. En 2019 dos periodistas fueron asesinados, tres secuestrados y cuatro exiliados, sin contar la gran cantidad de amenazas que reciben algunos medios de comunicación, todos con una característica en común; denunciaron algo que molestó a alguien.
El panorama del periodismo en Colombia es desconcertante, se vuelven un blanco legítimo al intentar emprender una investigación o luchar por los derechos humanos. Durante los últimos días algunos periodistas han manifestado por redes sociales su frustración por las persecuciones, interceptaciones y amenazas a las que son expuestos cada día por su oficio.
Con la evolución política y social, se han creado entidades para garantizar la libre expresión, pero parece que seguimos estancados en un camino de violencia e intolerancia. Cada amenaza, secuestro, exilio o muerte, es un mensaje contundente que logra su cometido; atemorizar a los futuros periodistas para que no se atrevan a interponerse en el camino de algunos poderes, buenos y malos. Hace poco se conoció una lista de presuntas interceptaciones protagonizadas por el ejército colombiano, en la cual se encontraba un amplio expediente con información personal de 52 periodistas aproximadamente. La FLIP (Fundación para la Libertad de Prensa) pide que se adelanten investigaciones. Esto reafirma la desconfianza de algunas personas en el Gobierno, si ellos no brindan desde sus posibilidades protección a la prensa, ¿qué va a pasar con este sector profesional?
Parece que la libertad de expresión tiene una cláusula en letras pequeñas que garantiza la seguridad de los colombianos siempre y cuando no toquen temas que pongan en jaque algunos sectores sociales, lo que comienza a generar un vacío en la capacidad de análisis de la prensa, la televisión y la radio, que cada día se evidencia más en los medios televisivos que tratan al espectador como si no tuviera capacidad de procesar de manera crítica la información.
Como futura comunicadora me atemoriza tener que pensar al exponer un punto de vista, qué es apropiado y hasta dónde puedo opinar para mantener mi integridad y seguridad.
*Taller de Opinión es un proyecto de
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