x

Pico y Placa Medellín

viernes

3 y 4 

3 y 4

Pico y Placa Medellín

jueves

0 y 2 

0 y 2

Pico y Placa Medellín

miercoles

1 y 8 

1 y 8

Pico y Placa Medellín

martes

5 y 7  

5 y 7

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

6 y 9  

6 y 9

Mateo Castaño Sierra

Ingeniero civil con maestrías en Finanzas de la Universidad EAFIT y Administración de City, University of London. Ha sido analista financiero, consultor en estrategia, director de Planeación, y hoy lidera proyectos corporativos en Comfama. Su trayectoria combina el análisis cuantitativo con la comprensión económica de empresas y regiones. Apasionado por los desafíos que despiertan su curiosidad, Mateo plantea lo que Medellín requiere para consolidarse como destino global sostenible.

La Vaca Muerta y el Perro Ahogándose

hace 25 minutos
bookmark
  • La Vaca Muerta y el Perro Ahogándose

Por Mateo Castaño Sierra - @matecastano

Los colombianos no somos muy puntuales. Por llegar tarde, llegamos tarde hasta la industrialización. Mientras Europa y Norteamérica empezaron a llenarse de chimeneas en el siglo XIX, nosotros apenas encendimos calderas a gran escala 70 años después. Pero lo más curioso no es que llegáramos tarde, si no dónde industrializamos: no en las costas —como la mayoría— sino en las montañas. La razón es sencilla: ahí estaban las caídas de agua, que era la energía barata que hacía girar turbinas. Desde entonces se cumple una máxima energética irrefutable: o tienes prosperidad, o tienes bajo consumo de energía — pero no las dos cosas a la vez. Para industrializarnos se necesitó energía abundante y barata; y para seguir haciéndolo, necesitamos mucha más. ¿Cómo lograrlo?

Miremos a Argentina, que en política energética lleva una década haciendo algo rarísimo: acertar. Gobiernos de izquierda y derecha coincidieron en promover gas y petróleo sin complejos. Tanto exploraron que encontraron Vaca Muerta, un yacimiento gigantesco entre la Pampa y los Andes. Los números marean: US$ 2,4 trillones en recursos —cuatro veces su economía. Gracias a inversiones público-privadas enormes, Vaca Muerta le bajó a Argentina 20% el costo de producir electricidad, redujo 70% el gas que importaba de Bolivia y le ahorra casi US$ 5.000 millones al año en importaciones de energía. Pronto será exportador neto de energía, con un impacto positivo en CO₂ porque el gas local viaja y contamina menos. Además, todo esto se hace con fracking. Y no, no ha pasado ninguna catástrofe.

Otro ejemplo inesperado: Brasil. Con un gobierno de izquierda, uno imaginaría discursos anti-petróleo. Pero decidieron lo contrario: aumentar producción frente a la costa de Río de Janeiro es prioridad nacional. Lula lo sabe: sin energía barata, no hay crecimiento.

¿Y Colombia? Tenemos una noticia excelente y otra vergonzosa.

La excelente: somos un país exageradamente rico en energía. Tenemos ríos para embalsar, sol y viento desaprovechados, y petróleo y gas en tierra y en el mar. La vergonzosa: diseñamos un país donde la energía está bloqueada.

Por un lado, en La Guajira, los proyectos renovables están frenados porque las “comunidades” no permiten construir líneas de transmisión. Además, las hidroeléctricas se volvieron innombrables: cualquier mención provoca escándalo mientras el fracking se quiere prohibir por mito. Finalmente, nuestra joya offshore —Sirius, antes Uchuva— estuvo años frenada porque había que hacer consulta previa... ¡a 30 km de la costa! La comunidad se opuso, entre otras cosas, porque el nombre “Uchuva” era apropiación cultural. Sí: un proyecto capaz de multiplicar por 15 nuestras reservas de gas estuvo detenido por su nombre. Penoso.

Por suerte, el proyecto comenzó a destrabarse, en parte gracias al nuevo nombre, Sirius, el perro cazador de la mitología griega. Crucemos los dedos para que ahora nadie en Atenas proteste.

Pero el mensaje es simple: Colombia no puede darse el lujo de renunciar a producir energía barata —y limpia— a gran escala. Sin energía, no hay industria; y sin industria, no hay progreso. Si Argentina avanzará con su Vaca Muerta, nosotros no podemos dejar que Sirius, nuestro perro, siga ahogándose. Porque lo que más beneficia a nuestras comunidades no es bloquear proyectos ni cambiar nombres: es que la factura de luz y gas cueste menos. Y para eso, justamente, está Sirius.

Sigue leyendo

Mateo Castaño Sierra

Ingeniero civil con maestrías en Finanzas de la Universidad EAFIT y Administración de City, University of London. Ha sido analista financiero, consultor en estrategia, director de Planeación, y hoy lidera proyectos corporativos en Comfama. Su trayectoria combina el análisis cuantitativo con la comprensión económica de empresas y regiones. Apasionado por los desafíos que despiertan su curiosidad, Mateo plantea lo que Medellín requiere para consolidarse como destino global sostenible.

Te puede Interesar

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD