Por MANUELA CARDONA LONDOÑO
Universidad Cooperativa de Colombia, Comunicación Social-Periodismo, 9° semestre.
manucardona.8@hotmail.com
Medellín desde sus tiempos pasados se ha dado a conocer como una ciudad violenta, llena de guerra, muerte, narcotráfico, guerrilla, desplazamiento forzado y desaparecidos, conocida también por el asesinato de líderes sociales, que ha sabido proveerse de capos que han ejercido como jefes de combos intocables y de bandas poderosas.
La prolongada historia del conflicto en Medellín ha provocado una dificultad para imaginarnos una vida en paz. Por eso cuando hablamos de paz, en muchas ocasiones nos referimos a un concepto abstracto que difícilmente podemos entender a la luz de nuestras experiencias. Pero, ¿qué tal si nos imaginamos un mundo de paz desde nuestra cotidianidad? Desde allí, la palabra paz adquiere nuevos significados y deja de ser esa palabra inconcreta de las apuestas políticas, donde los habitantes de Medellín la asocian con sus experiencias de vida.
Expresado así, como un recuento de la historia de Medellín en sus épocas pasadas, existen lugares como el Museo Casa de la Memoria y la comuna 13, donde se puede ver una memoria sobre el conflicto armado, la violencia y poder entender lo que está ocurriendo en nuestra sociedad. Para interpretar estos espacios no hay que ser víctima del conflicto armado. Solo basta recorrer estos lugares donde se les brinda tributo a los desaparecidos para percibir el dolor y la incertidumbre de sus familias, donde se cuentan las historias de muchos afectados por la guerra, desplazados de sus barrios por la guerra.
En estos dos lugares existen más de 400 testimonios recopilados en imágenes, escritos, y objetos personales de cientos de personas embestidas por esa barahúnda criminal. Esto ayuda a construir la historia a partir de muchas narraciones contadas por las personas que les tocó vivir el horror de la violencia. También ayuda a que los que no fueron perjudicados por la guerra, comprendan que la búsqueda de la paz no es solo un asunto del gobierno y de los grupos subversivos; sino de todos. Precisamente esto es el sentido de estos lugares, que los lejanos al conflicto no ignoren la realidad y conozcan el dolor de los demás en una ciudad como Medellín, una ciudad tan pujante y mayoritariamente de gente buena, con buenos valores y echada para adelante, que ha decidido con empeño superarse para alcanzar un mejor futuro.
*Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión
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