Amable lector. Diciembre es un mes diferente. Amanece más tarde y el firmamento está lleno de miles de estrellas. Hay más luces, más colorido, más música y más bullicio. Los niños y jóvenes, lo disfrutan a su manera. Sin embargo, los mayores experimentan sentimientos opuestos de alegría y de tristeza.
Es la época propicia para evocar las navidades de antes: el pesebre, la pólvora, los globos, la natilla, el manjar blanco, los buñuelos y las hojuelas. También es cuando más se extrañan los abuelos, padres, hijos, hermanos y amigos. Muchos ya no están.
Unos años atrás no existía la televisión ni otros medios, lo único eran los libros y las fotos. El abuelo nos regaló unas laminas y nos explicó que eran unos gansos, por su tamaño y plumaje...