Por Sara Marín Valencia
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Muchas han sido las personas que tras la reapertura del pasado primero de septiembre han vuelto a las calles. Rápidamente se alejaron de la memoria colectiva las imágenes de las calles totalmente vacías y el poco tráfico vehicular. Pero... seamos realistas y no nos digamos mentiras, el covid-19 aún circula entre nosotros y su propagación se da de forma muy veloz y sencilla.
Esta “nueva normalidad” causa terror. En el transporte público he observado una gran cantidad de usuarios, y en algunos autobuses incluso, se ve que la capacidad llega a tope: un cuerpo junto al otro, algunos apoyados entre sí para no perder el equilibrio... es ahí cuando pienso que el distanciamiento físico, al menos por estos días, se convirtió en un asunto del pasado.
Pero esto no lo es todo, en las calles las personas circulan de forma despreocupada, algunos apenas sí recuerdan el uso adecuado del tapabocas, otros lo llevan debajo de la barbilla. Son escenas que causan es miedo, si tenemos en cuenta que aún nos enfrentamos a una pandemia y que los casos y muertes de SARS-Covd-2 han tenido un aumento considerable en Medellín y el departamento.
Solo para hacer un breve conteo de los últimos cuatro días, según datos de la Secretaría de Salud de la Gobernación de Antioquia, el 9 de octubre se registraron 2305 nuevos casos, el 10 de octubre 2657, el 11 de octubre 1939, y finalmente el 12 de octubre 2624. Registros de cuatro días que en total suman más de nueve mil quinientos veinte casos.
Pero más allá de hacer un conteo de nuevos contagios, en los datos anteriores se observa una tendencia en alza, que es preocupante si se revisan los casos registrados en los dos primeros días del mes actual que no sobrepasaban los mil casos diarios.
Lo cual refleja una de las preocupaciones que se tenían antes de dar un paso a la llamada reapertura, y era que lógicamente entre más contacto humano hubiese, menos distanciamiento físico y más casos nuevos.
Es común que cuando la realidad abruma el ser humano la evada pero no, esta vez ignorar el problema al que nos enfrentamos como humanidad es un gravísimo error. Lo único que queda en nuestras manos por el momento, y con un panorama así, es recordar que el cuidado comienza por nosotros y practicar las normas de autocuidado.
