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Oposición perdida

Petro reina hoy entre el caos de una oposición desorientada, debilitada, sin autoridad moral en muchos escenarios.

hace 4 horas
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  • Oposición perdida

Por Melquisedec Torres - @Melquisedec70

Si las elecciones fueran mañana, Petro pondría a su sucesor sin mayor dificultad en segunda vuelta. Reina hoy entre el caos de una oposición desorientada, debilitada, sin autoridad moral en muchos escenarios en los que, si bien Petro comete los mismos errores o tropelías, ellos a su vez lo hicieron igual o peor. Y atomizada; “divide y reinarás” (”divide et impera”).

Petro lo intuye, lo sabe y lo explota al extremo de la ridiculez; su entrevista (jugada publicitaria) con el personaje ficticio “Juanpis González”, materializa cuánto le divierte, macabramente, lo que a su alrededor ocurre. O dentro de su desgobierno. Las masacres de soldados y policías, y las bombas a inocentes civiles, le resbalan, son una molestia menor en su fracasada política de paz total. No le afectan pues sabe, y es evidente, que ante el horror que desatan los criminales la oposición ha fracasado en sacar réditos o lograr una postura distinta del Presidente para defender a los colombianos y liderar la fuerza pública. El nuevo Ministro de Defensa es tan pasivo e inútil como el anterior; el nuevo Director de la Policía es igual o más inepto que Salamanca. Los ministros y generales son hoy menos que fusibles de recambio.

Petro, como sus alter ego contemporáneos Hugo Chávez y Fidel Castro, y al igual que su ídolo Simón Bolívar, concentra el universo de su poder. Nada le debe opacar ni hacer sombra.

A su vez, su discurso del 1 de mayo consolida lo que es su mejor campo de batalla: el caos, la confrontación, la provocación, la maledicencia, la mentira llevada al extremo sin rubor, sin vergüenza. Y fortalece la táctica de mostrarse como el sucesor, escogido por el destino, del Libertador; ya no le sirven Gaitán, Galán, Rojas Pinilla o Allende. Y retoma un episodio oscuro del propio Bolívar para intimidar al poder legislativo, la “guerra a muerte” que en junio de 1813 promulgó para equiparar los brutales métodos de la España imperial, cuyos oficiales hacían tierra arrasada buscando reconquistar ese continente que había dejado escapar. “Todo español que no conspire contra la tiranía... será tenido por enemigo y castigado como traidor a la patria, y pasado por las armas“, firmó el que sería luego el Libertador.

Provoca, busca el martirio como Allende y Pedro Castillo. Si el Senado le niega la consulta, ya debe tener lista su virulenta reacción.

Y mientras, la oposición juega a dividirse aún más y empieza a mostrar peligrosas y extremistas líneas como las del empresario Santiago Botero o el abogado De la Espriella, y en algunos aspectos la senadora Cabal; medidas extremas llevan a reacciones extremas. ¿Y el centro? Sigue siendo blandito, pandito, timorato. El Fajardo de hoy, por ejemplo, es el candidato ideal para una Colombia en paz, no polarizado y al filo de la navaja, o a la veleta Claudia López siempre será un misterio definirla. Suena contradictorio, pero ni la derecha extrema ni el centro correctísimo tendrán chance; cada sector deberá equilibrar sus propuestas para no caer en la provocación extremista de Petro, la derecha, ni perder el principio de autoridad exigido y que poco exhibe, el centro. Queda poco tiempo.

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