Es un síntoma más del alcance que tiene ese mal que se ha enquistado en nuestra sociedad: el fiscal anticorrupción ha sido capturado con fines de extradición precisamente por un presunto acto de corrupción. Se le acusa de haber recibido dinero para que desviara o entorpeciera unas investigaciones en contra del exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons. Un hecho realmente desalentador.
Dentro de todo el curso de acción que llevó a esa determinación por parte de la Fiscalía y considerando el daño tan grave que la noticia causa a su credibilidad, me parece que fue una acción destacable lo que se hizo. No sé si lo digo para no perder la esperanza y caer en el desánimo sintiendo que el país no tiene arreglo, pero quiero mirar desapasionadamente el...