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Por María Bibiana Botero Carrera* - www.proantioquia.org.co
Fue un privilegio y tengo gratitud con mi trabajo porque me permite estar en espacios fascinantes: viajé, invitada por la empresa, en una cabina de conducción del Metro de Medellín, al lado de uno de sus “pilotos. Un joven estudiante del ITM que combina su vida entre vagones y sus sueños de convertirse en auxiliar administrativo. Una experiencia que impulsó este escrito y que va en sintonía con el propósito de Proantioquia de cuidar lo público porque nos pertenece a todos.
El Metro es uno de los proyectos sociales más esenciales de nuestra región: 90 % de sus usuarios es de los estratos 1, 2 y 3. ¿Qué sería de esta ciudad metropolitana sin su Metro?
La calidad de vida de una ciudad se refleja también en su sistema de transporte público. Los próximos gobiernos de Antioquia y los alcaldes del Valle de Aburrá van a recibir un Metro en alta tensión y con pendientes que pueden resolverse con voluntad política. La promesa de un buen servicio, cómodo y a tiempo para sus usuarios debe mantenerse: ahí está el oxígeno de una cultura Metro que tanto nos ha enorgullecido.
Hoy tenemos un sistema que sufre el golpe del hueco financiero que dejó la pandemia y que frena su expansión y mejoras. De acuerdo con las proyecciones de demanda, se estima que para 2028 será necesario contar con una flota nueva de 13 trenes y 4 tranvías. Esto permitiría ampliar la capacidad operativa y esos recursos saldrían de los socios: Gobernación de Antioquia y Distrito de Medellín. Los próximos gobernantes deben considerar esta cifra en su presupuesto y gestionar recursos cercanos a los COP 630 mil millones.
Otro gran reto a sacar adelante es el Metro de la 80. Este proyecto necesitará más de lo presupuestado – COP 510 mil millones adicionales- por el aumento del dólar, la inflación que impacta la compra de materiales y la negociación de predios que llega luego de la aprobación de la política pública de protección a moradores que refuerza las garantías a los habitantes y comerciantes del corredor.
El Tren del Río es otro de esos anhelos que debe materializarse en la región. Además de descongestionar la línea A del Metro servirá como contingencia ante imprevistos técnicos o de operación que cada vez ocurren con más frecuencia. Para este proyecto se requiere el concurso de los gobiernos regional, locales y nacional para la financiación y su puesta en marcha. Son muchas variables y actores, sin embargo esta región, que impulsa el 15% del PIB de Colombia, tiene una voz para ser escuchada.
Aspirantes a cargos de elección popular: este es el momento de cerrar filas para fortalecer el sistema de transporte público de nuestro Valle y en especial al Metro, que moviliza 1 millón de usuarios día, les ahorra 174 millones de horas, que equivalen a 32 minutos en promedio por cada viaje y COP 1.9 billones por efectos de la integración tarifaria, es decir, COP 13 mil diarios.
Las ciudades deben propiciar espacios que acerquen las oportunidades y los servicios, que nos brinden la posibilidad de hacer muchas cosas, en un mismo día, para el disfrute, la producción, el descanso y nuestra realización personal y laboral.
*Presidenta Ejecutiva Proantioquia