Es tan recurrente la pregunta que se hace cada vez más y más vacía: ¿para qué la poesía?, ¿cuál es la función del arte...? Y sale alguno y grita: “¡No sirve para nada. De eso se trata!”. Y sale otro y grita: “¡Es para transformar el mundo...!” y así hasta el infinito. Ríos y ríos de tinta se han escrito para tratar de responder a esa simple y bonita pregunta.
Yo, muy desde mí mismo, puedo decir dos o tres cosas que creo importantes. La primera es la siguiente: si la poesía no sirviera para nada, no escribiríamos ni leeríamos poemas. Sabemos, eso sí, que no sirve para comprar un apartamento ni para construir un puente ni para acabar con el hambre en el mundo, pero, si la humanidad sigue (y hoy más que nunca) escribiendo y leyendo poemas, es porque...