Por Nicolás Tamayo Escalante
Universidad Pontificia Bolivariana
Comunicación - Periodismo, semestre 2
nicolas.tamayo@upb.edu.co
La corrupción en Colombia se ha convertido en parte del paisaje, como si eventualmente la costumbre de la sociedad ante la misma la hubiera naturalizado. Grave error, debido a que el incremento progresivo de esta problemática ha puesto en peligro, en este caso, la salud de los colombianos a causa del grupo Saludcoop.
El 24 de septiembre de 2018, tras tres suspensiones previas al servicio de la clínica Saludcoop, finalmente fue ordenada la clausura definitiva de la misma. La partida de monopolio del señor Carlos Palacino, presidente de la entidad, llegó a su final. La sentencia de la Controlaría General de la Nación que ordenó devolver al Estado los 1,4 billones de pesos desviados, llevó al quiebre de la empresa y de la línea de clínicas adquiridas por la misma desde el año 2001.
Tras el desfalco billonario del cual fue protagonista Saludcoop entre los años 2002 y 2010, la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia tomó como medida la clausura de decenas de clínicas alrededor del departamento. Entre esas, la sede en el barrio Belén La Gloria, recinto de aproximadamente 6.000 metros cuadrados que tenía más de una década de funcionamiento.
Pacientes que estaban siendo atendidos, pacientes internados de urgencia tuvieron que ser movilizados a otros centros de salud de la zona, como la Unidad Intermedia de Belén, situación que puso en alto riesgo a los mismos, pero que, por otro lado, no consternó en absoluto a las autoridades encargadas del caso.
El interés lucrativo de personajes particulares ha interferido con prácticamente todos los servicios públicos del país, situación inconcebible dentro del Estado; inconcebible que personajes como Palacino, que manejan los hilos de la salud pública en Colombia, a costas de la misma sigan incrementando la magnitud de su imperio y el capital en sus bolsillos tal como si se tratara del tradicional monopoly, ¿será que la idea de llevar la partida a la vida real les endulzó el oído?
La salud en Colombia no se puede ver involucrada en medio del orden económico del país, no se puede medir con tarjetas de propiedad ni puede concluir el panorama general para la sociedad de que con la salud jugar a ser millonario nunca fue tan fácil y divertido.
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