Las cárceles y los presos vuelven a ser foco de atención: en esta ocasión, con la puesta en escena de una tragedia programada con final feliz, como de cuento de hadas (para no creer).
Los ingredientes básicos son: las cárceles se están pudriendo, la corrupción se extiende a todo el sistema penitenciario, los presos sufren, nada funciona, y surgen unos aparentes altruistas que lo salvan todo.
Hace unos meses se ha estado escenificando el caos: el INPEC es un olla podrida, los guardianes tienen muchos sindicatos, la ANI no logra construir una casa de cartón (y es una olla podrida), la USPEC (un embeleco de reciente creación) también es una olla podrida, los presos son violentos y destruyen todo, las cárceles se están cayendo, no hay dónde meter...