Un monstruoso sistema de seguimiento digital está siendo utilizado en la potencia china para mantener una estrecha vigilancia sobre sus súbditos.
Es monstruoso no solo por su alcance sino por la tentacularidad manifiesta de su propósito: recabar toda la data que sea posible sobre la actuación de su población de manera de poder controlar sus movimientos y anticipar tendencias que puedan afectar el poder de sus gobernantes.
El instrumento no puede ser ni más ingenioso ni más perverso: mientras se instaura un gigantesco “programa de asistencia social de carácter crediticio”, cada individuo es clasificado sobre la base de su comportamiento con el fin de premiarlos o castigarlos en función de su calificación como ciudadanos.
La tecnología de vigilancia...