Hundirse en las calles tiene su sabiduría: se aprende de las peripecias del pueblo para sobrevivir, de las cartas que se juega para vencer las contingencias diarias, y se escuchan sus palabras punzantes, sus juicios implacables, sus apuntes graciosos y agoreros.
Dice con razón el cantautor español Joaquín Sabina que “la poesía huye, a veces, de los libros para anidar extramuros, en la calle, en el silencio, en los sueños, en la piel, en los escombros, incluso en la basura. Donde no suele cobijarse nunca es en el verbo de los subsecretarios, de los comerciantes o de los lechuguinos de televisión”.
Presidente Juan Manuel Santos, además de las dos marchas recientes y numerosas que convocaron e hicieron los Sindicatos y el Centro Democrático (mezclados...