Está en la esencia de la democracia que el poder se alterne, y se ensayen diferentes fórmulas y maneras de gobernar, es sano y deseable. Pero ojalá en Colombia llegue una izquierda madura, que haya aprendido de los errores del pasado y reconozca los daños inmensos a la sociedad que han ocurrido donde han ejercido el poder algunos mesiánicos líderes que aún creen en el control total del Estado de las actividades económicas. Cuba y Venezuela son dos de los más representativos de modelos de esta izquierda absurda.
En Colombia hemos escuchado algunos líderes de la izquierda realmente valiosos como el senador Robledo o el mismo Navarro Wolf. Con ideas sensatas y valiosas se han hecho respetar del país y aun de quienes disienten de sus ideas.
Pero otra...