No solo se perdió la ética, sino que nadie se sonroja por sus actuaciones erradas.
Da lo mismo ser derecho que traidor, como dice el tango, cualquiera es un señor, cualquiera un ladrón.
Manda don dinero. Y decían los abuelos que por la plata baila el perro. No queda dudas, sigue bailando.
Las empresas parecen concebidas no para solucionar una necesidad de la sociedad y, claro, generar modo de vida, sino para que den dinero en primer lugar. Lo otro no importa. Y el empleado es bueno si genera, si no, no sirve. No hay más valor empresarial que ese y aunque no es universal sí hace carrera. Dime cuánto produces y te diré quién eres. Y si no te vas para la porra.
Hay que producir, bajo las condiciones que te impongan y los derechos que te nieguen, porque...