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En segunda, todos por la democracia, las libertades y la reconstrucción del país contra el de Petro.
Por Rafael Nieto Loaiza - opinion@elcolombiano.com.co
107 precandidatos a la Presidencia en el último conteo, 91 de los cuales se inscribirían por firmas. Parece un mar de confusión pero hay caminos claros.
Para empezar, el embudo natural de la política. En apenas unas semanas, la mayoría quedará en el camino. A más tardar el 17 de diciembre, los comités promotores deben entregar un mínimo de 635.216 firmas válidas a la Registraduría. En realidad deben presentar muchas más porque una gran cantidad se invalidan en la revisión. Del casi centenar de quienes irían por firmas es previsible que pasen el filtro Vicky, de la Espriella, Aníbal Gaviria y Claudia López. Hay dudas sobre Santiago Botero, Carlos Caicedo, Lizcano, Luna y Oviedo.
Mauricio Cárdenas, Peñalosa y Marta Lucía no tienen aval de partido ni se presentaron por firmas.
Un segundo cedazo lo harán los partidos al seleccionar su candidato. El Pacto Histórico ya tiene. Del partido Conservador solo irá uno. Del Centro Democrático quedarán dos hasta fines de enero, entre Cabal, Holguín, Paloma y Uribe L.
Las encuestas son el tercer tamiz. En otras elecciones, en noviembre los precandidatos que no marcaban más del 3% se retiraban. La ley que prohibió hacer encuestas de medición de intención de voto hasta el 31 de octubre dejó ciego el proceso. Pero ya empiezan a aparecer los resultados.
Contrario a lo que muchos sostienen, es útil para la oposición y menos riesgoso que a estas alturas no haya un único candidato. Muchos precandidatos recorren el país y abarcan poblaciones que uno solo no podría. Además, que sean muchos hacen más difícil los ataques ad hominem que, corriendo la línea ética, hará la izquierda.
Así, a mediados de enero tendremos un panorama muchísimo más despejado y menos de una decena de candidatos.
La izquierda contará con Cepeda y debe resolver la incertidumbre de si podrá realizar una interpartidista con Barreras, y con Cristo, a quien la Constitucional le salvó el partido.
Es previsible que Fajardo, a quien le coquetean desde todos los flancos, no se monte en ninguna coalición y siga solo. ¿Será Oviedo su fórmula vicepresidencial? Explicaría porque Juan Daniel se bajó de la alianza en la que trabajaba.
De Cárdenas, Galán y Luna, es Juan Manuel el más fuerte, no solo por su apellido sino porque tiene el respaldo del Nuevo Liberalismo y de su hermano en la alcaldía de Bogotá.
El CD debería cerrar el acuerdo con la coalición que impulsa el expresidente Gaviria. Si lo hace, traerá consigo a Cambio Radical, tenga o no candidato, a Pinzón y a Vicky. Y ahí, por la fuerza de la deriva, llegarían también el triunvirato y los pequeños independientes. Solos son irrelevantes.
¿Los partidos tradicionales y los independientes mantendrán su veto a de la Espriella? Abelardo es, por ahora, el fenómeno político de estas elecciones pero no es menos cierto que despierta mucha resistencia en el centro y, por eso mismo, es el más débil de los candidatos de oposición para una segunda vuelta.
En cualquier caso, el CD no debería condicionar su entrada a la coalición de los partidos a lo que ocurra con de la Espriella. Debe apostarle a la fuerza que tomará su candidatura apenas sea proclamada y al empuje que le dará Álvaro Uribe en campaña. Tiene muchas oportunidades en una interpartidista en marzo. El que gane de esa consulta se vería en primera vuelta con Abelardo, Fajardo y el de la izquierda. En segunda, todos por la democracia, las libertades y la reconstrucción del país contra el de Petro.