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El proyecto de ley, de aprobarse por la plenaria tal cual como salió de la Comisión IV, anularía y por sustracción de materia, al menos 6 preguntas de la consulta (recargos dominicales y festivos; inclusión laboral de personas con discapacidad; regulación de plataformas digitales; régimen laboral para el campo; eliminación de la tercerización e intermediación laboral; y formalización de trabajadores informales). Significa que el proyecto garantizaría estos puntos.
De las 6 restantes, 2 no tienen que ver con reforma laboral (Incentivos a Mypimes, y fondo pensional campesino). Entonces quedan 4 asuntos de la Consulta a discusión en la plenaria del Senado dentro del proyecto de reforma laboral, de las cuales 2 parecen no ser fáciles de negociar: contrato de aprendizaje como contrato laboral, contrato de trabajo a término indefinido como regla general (aunque sobre esta hay discusiones conceptuales).
Sobre las otras dos, una parece fácil de negociar, la del permiso por salud y menstruación que, aunque sí está contemplado en el proyecto de la Comisión IV, se acotó a que medie cita con especialistas (con el sistema de salud actual es una barrera que lo hace inocuo), y la otra, es la más mentada, la de la hora en que se acaba la jornada laboral, que para que termine a las 7 p.m. y no a las 6 p.m. Esta posición es una batalla que puede llegar a un punto intermedio y saldarse condicionándola a indicadores como productividad, o simplemente con una transición en el tiempos a uno o dos años.
El argumento sustancial que expuso el presidente en la alocución, sobre la autorización del trabajo que desnaturaliza todo el proyecto presentado por el gobierno y por ende derriba todos sus cimientos, tiene una discusión técnica y conceptual de fondo que puede terminar afectando a los trabajadores si no se regula, pues es una modalidad que es inevitable que exista: el trabajo por horas está incluido en código sustantivo del trabajo. Lo que pasa es que el sistema Pila no tiene forma de registrar los aportes a pensión y riesgos laborales.
Investigando sobre este asunto, y solo para tener un punto de comparación, se encuentra que países de tinte socialista/comunista (donde los partidos de los trabajadores son fuertes y gobiernan), sí permiten el trabajo por horas. En China, la Ley de Contrato Laboral establece que el empleo a tiempo parcial se refiere a trabajos remunerados por hora, con un límite de menos de 4 horas diarias y menos de 24 horas semanales. En Vietnam el Código Laboral de 2019 permite que los empleados y empleadores acuerden contratos de trabajo a tiempo parcial. Los trabajadores a tiempo parcial tienen derecho a recibir un salario proporcional y gozan de los mismos derechos y beneficios que los empleados a tiempo completo.
En Colombia, en el 2013 hicimos un esfuerzo en el Ministerio del Trabajo con uno de los decretos más destacados en ese ámbito, y fue conocido como cotización por semanas. Este decreto permitía que se cotizara por menos del salario mínimo mensual legal vigente, sustentando lo que la Corte Constitucional había definido como salario mínimo mensual diario legal. A partir de ahí decretamos la posibilidad de generar unas cotizaciones mínimas semanales. Gracias a ello, se formalizó un gran número de empleadas del servicio doméstico, jardineros, peluqueras, entre otros. En la discusión, no se llegó a una propuesta de cotización a la seguridad social por horas, puesto que la infraestructura de la planilla integrada (PILA) era insuficiente.
Han transcurrido 12 años, y hoy en día sí se podría establecer una reglamentación al trabajo por horas, definiendo unos porcentajes proporcionales que permitan acumularse para lograr cotizaciones diarias y semanales para lograr una pensión; un método similar para riesgos laborales. En salud, con ciertas condiciones estas personas pueden estar bajo la cobertura universal.
Hoy en día cuando la metadata y la inteligencia artificial gobiernan casi todas las operaciones tecnológicas, no es entendible como se pretende desconocer la existencia del trabajo por horas (que no se acabará por que es natural a ciertos oficios) y la posibilidad de buscar herramientas para formalizarlo, poniendo a disposición herramientas para su formalización.
Agradezco a Mario Fidel Rodríguez por sus aportes fundamentales a esta columna, con quien hablo para siempre vigilar y aportar en lo que hemos venido trabajando juntos por años.
